A José Luis Panero le conozco desde hace algún tiempo gracias a Twitter y a Blogos de Oro. Nos une la pasión por el séptimo arte. Da gusto leer sus críticas cinematográficas y teatrales. Desde el 2008 mantiene en la COPE su blog Palomitas de Maíz, decano de teatro y cine.
Aparentemente desprende calma, o eso me parece a mí, pero tras esa fachada, se esconde un hombre curioso, que disfruta cada vez que sube el telón de un teatro o cuando se apagan las luces del cine para que dé comienzo la película.
El espacio de entrevistas de Claqueta, Luces y Acción está para dar voz a profesionales del mundo del celuloide y los críticos no podían faltar.
Vamos a ponernos en situación, José Luis se licenció en Periodismo y en Comunicación Audiovisual. Es crítico de cine en Ciudad Nueva, Pantalla 90, COPE o Aleteia desde hace más de 20 años. Ha sido coguionista y ayudante de dirección de cine, ponente en los coloquios de cine del foro FNAC y
profesor universitario. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos hace 18
años. Ha desarrollado una amplia trayectoria como jurado en varios festivales
internacionales de cine. Es Profesor de Honor de la institución educativa Trinity College
(Madrid) y persona ilustre de su claustro de profesores. Desde 2020 es Académico de
las Artes Escénicas de España. Todo esto es una ínfima parte de todo lo que ha hecho. Oh my God!
Si te parece, vamos a conocerle un poco más...
1. José Luis, eres un todoterreno. ¿De dónde te viene esta pasión por el cine y el teatro?
Bueno, bueno, tanto como todoterreno... ¡Lo agradezco infinito, por supuesto! Lo que sí es cierto es que hace años que llego a los sitios derrapando, con la lengua fuera todo el rato. Es la forma de ser que va conmigo, seguramente fruto de mi vocación por el Periodismo y por esa necesidad que tengo de contarlo todo aquí y ahora. Eso sí, estoy buscando el modo de encontrar un camino intermedio, la virtud que dirían los clásicos, para respirar más y mejor... Pero es que tengo que estar haciendo algo todo el rato. Es mi naturaleza. Tal vez por ello, mis dos pasiones principales, el cine y el teatro, están siempre tan presentes en mi vida, porque ya forman parte de mi ADN. A menudo me relaciono con otros críticos de cine solo a través de frases de películas. Con el teatro pasa un poco igual, solo que además en este caso hay que dotar al rostro y al cuerpo de más expresividad. Y lo paso en grande. Porque a fin de cuentas disfruto y aprendo a partes iguales con las dos cosas. No digamos ya si en estos coloquios mezclamos géneros... ¡Es una pasada! ¡También te confieso que me cuesta distinguir cuándo se trata de un asunto profesional o uno exclusivamente ocioso!
Reconozco que la pasión que tengo tanto por el cine y el teatro nacen en tiempos distintos a partir de una iniciativa personal, si bien es cierto que se encuentran en un punto. Primero disfruté con el séptimo arte. En mis tiempos de la preadolescencia, acudía a las salas de cine todos los viernes. Cuando era posible veía dos películas el mismo día. Solo que por entonces consumía cine comercial. Al paso de los años renuncié a las dos películas del fin de semana y me arranqué con el cine de autor. Todo me gustaba, sentía que todo me enriquecía, pero no sabía por qué. Es decir, no detectaba por qué tal o cual película me gustaban. Y de ahí vino mi curiosidad por conocerlo mejor todo. Comencé a devorar críticas de cine de las revistas especializadas para intentar aprender. Y de ese interés por querer saber más nació en mí el perfil del crítico de cine que soy hoy.
En cuanto al teatro, la conclusión es la misma que la del cine. Llegué hasta él cuando me matriculé en la primera escuela de teatro que hubo en Boadilla del Monte, en la temporada 1992/1993. Es decir, empecé a foguearme representando obras de teatro. La escuela, que se llamó Teatro Estudio 10, la dirigía el afamado profesor de Lengua y Literatura, Víctor Ruiz, formado en Filosofía y Letras, y estaba destinada a desarrollarse en cuatro años, tres de formación y uno de perfeccionamiento. Conseguí completarla pero me hallé después en una encrucijada: no sabía si lanzarme a hacer pruebas en RESAD, por si me admitían para seguir de actor, o bien si debía lanzarme al Periodismo, sea a través de la radio, la televisión, la prensa, etc. Víctor Ruiz me animó a acceder a RESAD y la familia a lo otro. Ciertamente, por entonces, con los ojos de la preadolescencia en marcha, el teatro, la actuación en sí, me parecía insuficiente. Como hobby, genial, pero nada más. Necesitaba hacer algo distinto, sin saber que la continuidad en el teatro hubiera sido una muy buena opción. Así que consideré un camino mejor el de las Ciencias de la Información. Y acerté. He aprendido mucho, he conocido el mundo de lo que sé que me gusta y va conmigo, y además después he podido volver al teatro, a seguir haciendo obras tras el paréntesis universitario, y a cultivar de modo profesional, como decía antes, la crítica teatral.
2. Has sido representante del jurado de la crítica de cine en distintos festivales a lo largo de estos años. En los últimos meses, ¿en cuáles has desempeñado el cargo?
En primer lugar diría que he sido un afortunado por desempeñar tal oficio. Al paso del tiempo he constatado lo difícil que es alcanzar acuerdos, porque muchas películas y sus artífices merecen estar en el podio, pero no se puede dar gusto a todos. Hay muy buenos trabajos españoles -también fuera de nuestras fronteras- que gozan de un gran nivel pero que nunca estarán en los primeros puestos. A veces hay que tomar decisiones desesperadas.
En estos momentos formo parte del Comité del Jurado de la Crítica de los Blogos de Oro, que valoran el cine español independiente, únicos en el ámbito nacional. Estoy especialmente agradecido a sus responsables, a cuenta del plantel de compañeros críticos. De hecho, todos cuentan con una experiencia periodística y de cine larga y acreditada.
Por fortuna, también formé parte del jurado de la I Edición de los galardones internacionales de cine Ave María Awards, que considera el cine católico al más alto nivel. La cosecha del 2018 y 2019 fue abundante y muy valiosa en sus contenidos, que fue la que se ha valorado. Con la pandemia por medio no se pudieron reunir más títulos. La gala estaba prevista para 2020 y por fin pudo celebrarse en grande el pasado 10 de diciembre. La ha promovido la popular productora mexicana Gaby Jacoba y confío en que le sucedan muchas más.
3. Seguro que ha sido difícil la elección, ¿pero en qué te fijas para seleccionar de la manera más justa?
Influyen muchos criterios. Para empezar, quiero desprejuiciarme de aquellas historias en las que conozco personalmente a los actores o directores. Y después pretendo ser honesto con lo que me ofrece cada una de ellas. Mi objetivo es encontrarle sentido tanto a los aspectos formales como de fondo a la película de turno. A menudo se produce la disparidad: hay grandes intérpretes, pero el guion es flojo, o el guion es de fábula, pero un mal casting o un casting bien hecho, pero sin química en los actores, lo envía todo al traste. También hay películas que gozan de total armonía cuando la trama, su tratamiento y las interpretaciones están en el mismo plano, por poner de ejemplo tres elementos esenciales a tener siempre en cuenta. Pero estoy convencido de que no hay una fórmula mágica que haga que los críticos nos pongamos de acuerdo. Por tanto, me encanta que haya debate y proliferación de ideas. Es lo que más me enriquece de este trabajo.
4. ¿Qué Premios o Festivales son tus favoritos? ¿Por qué?
Sin caer en el esnobismo o la pedantería, reconozco que los premios que dan los festivales de autor son los que más aciertan en sus predicciones. De esta manera, los galardones patrios de los Blogos de Oro, de La Seminci, de San Sebastián, del Círculo de Escritores Cinematográficos, los Forqué o los Feroz, entre otros, son los más rigurosos. No digo que no lo sean los Goya, pero estos últimos, por su popularidad, tienden a poner de moda una película, generalmente comercial, con vistas a tener presencia en ámbitos internacionales. Es una gran medida para que el cine español tenga presencia en todo el mundo. Fíjate este año en las 20 candidaturas de El buen patrón, de León de Aranoa, que ya está en la preselección de los Oscar.
Fuera de España, valoro mucho la Berlinale, Venecia, Los César... En estos templos del séptimo arte se considera y se valora el cine de autor. No ocurre tanto en los Oscar, donde lo que habitualmente se premia es cine comercial con rostros muy populares. Y es muy cierto que la academia americana ha ido ganando en notoriedad. Lo importante es que el cine español llegue allí y triunfe, como ya hicieron Garci, Fernando Trueba, Almodóvar... ¡Y ojalá este año León de Aranoa!
5. El 14 de diciembre, la SGAE acogió la presentación del libro de cine LAS ESTRELLAS, Mis amigos, de Javier García, donde has colaborado. ¿Cuál ha sido tu aportación, de qué versa el libro y qué destacarías del volumen?
Por fortuna, mi amigo escritor y periodista, Javier García, me ha considerado para este ejemplar. Es un amplio trabajo de 374 páginas, publicado en Ediciones Éride, donde intervenimos 11 autores, de diversas profesiones y procedencias, pero relacionados de algún modo con la industria del cine. En él, vuelco una serie de artículos escogidos, algunos de los cuales son puras exclusivas. Su autor ha tenido la capacidad de encontrar el equilibrio en cada uno de los temas sobre los que escriben otros compañeros, sin que nos repitamos y que dé como resultado un corpus cinematográfico contrastado y suficiente, con voces autorizadas. Además, el trabajo sucede a otros dos, también de cine, que se titulan como este. Es una gran ocasión para hacerse con ellos para sorprender con un buen regalo.
6. ¿En qué estás enfrascado ahora mismo? Si se puede contar, claro.
¡Claro que se puede saber! Tengo a la vista un par de trabajos de escritura de cine y un par de montajes teatrales. A medida que se vayan tomando cuerpo, informaré oportunamente.
7. ¿Por qué crees que la taquilla del 2021 ha vuelto a ir a la baja?
Principalmente por la pandemia, de hecho las cifras son tan a la baja que ya se habla de récord histórico. Y es una pena. La taquilla de 2020 fue muy deficiente a causa de la COVID 19. En estos momentos se está produciendo una leve mejoría con la publicidad de los premios Goya. Pero está claro que desde principios de año ya el tema de asistencia a las salas flojeaba. A ello se ha añadido las cancelaciones de estrenos, porque se sabe que los espectadores no van a ir a las salas, o bien porque algún miembro del equipo artístico o técnico ha caído enfermo. También tenemos que tener en cuenta que las plataformas han cambiado la manera y los modos de consumir cine, de modo que el espectador ahora no está tanto en los recintos destinados al séptimo arte.
8. Un deseo para el 2022
Salud, prudencia y responsabilidad para que todos podamos volver a los cines y a los teatros con todas las garantías, sin miedo, entusiasmados y dispuestos a disfrutar de todas sus bondades.
¿Conocías a José Luis Panero?
¿Has leído algunas de sus críticas?
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